Aclaraciones :

Por decisión propia del autor del blog, uséase yo, procuraré no poner enlaces ni fotografías. Si alguna vez lo hiciera, será foto con derecho de autor, que seré yo... Que luego viene el coco y nos cruje. Previsión, mi pequeño saltamontes, previsión.

lunes, 10 de junio de 2013

PASIONES FICTICIAS, Capítulo 1



Nunca se había fijado en ella. Ciertamente, no era del todo así. Quizás, o más bien, se engañaba un poco a si mismo. La realidad era que, en un mundo plagado de personalidades banales, ella tenía un algo que le desconcertaba, ese puntito de irregularidad personal al que no estaba en absoluto acostumbrado. En un mundo limitado, en el que la belleza primaba por encima de otras tonterías, como la juventud o el dinero, ella no atesoraba ninguna de esas cualidades. Tampoco el era un Adonis, precisamente, aunque eso es otra historia. También es justo reconocer, que la belleza solo asoma en los ojos del que mira, y el, a su manera, la encontraba bella.

Posiblemente, ninguno de los dos recordaría el momento en el que sus vidas se cruzaron por vez primera. Probablemente, ninguno de los dos, por distintas razones, o no tan distintas, se olvidaría jamás del otro. La soledad de una barra de bar, en el caso de ambos, fue el detonante de una primera conversación, olvidada ya hace tiempo, entre el repiqueteo de las cucharillas en las tazas del café. A esa primera, le siguieron varias más, hasta entrelazar una rara amistad, criticada e incomprendida por quienes les conocían. Nunca se atisbó ninguna mala intención entre ellos, ni tampoco se adivinaba que esa amistad, pudiera dar paso a cosa distinta de la que tenían.

Sin embargo, un inocente día, algo aconteció. La atmósfera de otro bar, se asombró por alguna frase osada por parte de el, y se sublevó por alguna contestación de ella. Y de ahí, al colchón, solo hubo un paso que dar. Curioso también, que el paso que ambos deseaban, lo acabara dando ella...

Fue una relación desacostumbrada, como amantes en peligro de ser descubiertos por todos. Alto voltaje sexual, que se adivinaba en el, pero que nunca adivinarías en ella. Noche tras noche, el silencio de un coche llegando a casa, deteniéndose, presagiaba olas de sudor, de gemidos, de silencios, de gozos. La ropa se deslizaba en pos del suelo de madera, feliz, apenas sin mediar innecesaria palabra alguna. Día tras día, solo los sueños mal dormidos los separaban. Solo alguna mirada, algún movimiento, algún roce en el primer bar de esta historia, los delataba. Delataba el ansia de otra noche más, en el frescor de sus sábanas, en la humedad de sus besos, en las lágrimas de alegría, en el estupor de sus ojos...


POL

P.D. Dedicado a ella...

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