Se nos acaba el año, la legislatura y, lentamente, la vida. Todo se nos escurre de los dedos de manera inexorable, mientras nos preguntamos porqué nos ocurren las cosas que nos ocurren y que hacer ( o no hacer ) para cambiarlas.
Mientras los futuros votantes seguimos dándole vueltas a la cabeza, apurando los últimos días para decidir el voto, los candidatos a futuro Presidente del Gobierno de España siguen de gira por el país adelante, esgrimiendo eslóganes por doquier, voceando ante las gentes reunidas en pabellones deportivos, teatros u otros lugares, banderitas en mano con los colores adecuados.
De tanto en cuando, se prestan a algo llamado debate televisado, muy importante y decisivo para muchos, en especial para las cadenas televisivas que los emiten y/o comentan, absoluto paripé más o menos bien orquestado y ejecutado para cualquier votante indeciso, carne de cambio de canal para el amplio espectro de españoles hastiados de la política, mal escarmentados por la corrupción o ignorantes del todo, políticamente hablando, para regocijo de los dos grandes partidos.
Uno, que ya va cogiendo una edad, sabe que en toda campaña electoral que se precie, siempre hay un suceso que destaca, algo que puede marcar o no unas elecciones. Algo que se sale de lo normal, por novedoso o por inimaginable.
Me viene a la memoria el primer súper debate entre González y Aznar. Pura pantomima, pero divertido por la novedad. Muchos recordarán la guerra de Irak y los trenes en Madrid, como otro ejemplo fácil que nombrar. Hay más.
El caso es, que en plena campaña electoral, y en especial en los últimos días, algo que se salga de lo normal, da o resta muchos votos. O los cambia. Opinión personal. Y el caso es que, en la actual, nos faltaba algo. El debate a cuatro, sin Rajoy de cuerpo presente, aperitivo rápido. El debate a dos, no merece ni comentarlo a estas alturas. De modo que, ¿ qué nos faltaba ?
Pues si, niños y niñas, faltaba el colmo de la estupidez. Un niñato pontevedrés ha agredido ( añado que para nada ) al Presidente Mariano Rajoy hoy por la tarde, en pleno paseo por la capital gallega. Un chaval de diecisiete años que, como toda respuesta ante los sufrimientos que la crisis le ha ocasionado ( esto es mitad ironía, mitad absoluta ignorancia ), no ha tenido mejor respuesta que propinarle un zurdazo al rostro del Presidente de todos los españoles. Sin más.
No acabo de entender, como un chico de diecisiete años, se puede jugar seis o siete de cárcel, más lo que le va a caer antes, durante y después, repito, para nada. Por no decir, que ha ofendido a todos y a cada uno de los españoles de España, parafraseando al Presidente . Da igual su ideología política o incluso si carece de alguna. No respetar al Presidente electo de un país, es no respetar al país, ni a ninguno de los habitantes de ese país. Me avergüenzo de ser conciudadano de ese chaval, insisto, tenga los motivos que tenga.
En un mundo, este, en el que la estupidez avanza a pasos realmente agigantados, me asusta pensar que en mi país, ya se encuentran pocas cosas dignas de ser respetadas. Es triste pensar, que todo un pueblo, pudiendo y debiendo elegir democráticamente un camino de futuro distinto en cuatro días, de forma pacífica, limpia y digna, tenga que contemplar como un tonto a las tres, menor de edad para más cojones, de modo consciente o inconsciente, elija inclinar la balanza un poquito hacia un lado.
Eso si, haciéndose un selfie antes.
Que cruz de país.
EL TIO POL
P.D.1 Quedan cuatro días para que tengas la oportunidad de intentar cambiar algo. Vota.
P.D.2 Felices Navidades y Fiestas para todos mis lectores. Para las lectoras lo mismo y muchos besos.
P.D.3 Si os toca el Gordo, enhorabuena. Y comparte… ; )